La cumbre más alta está en nuestra mente, caminar siempre para cumplir nuestros sueños.
El Team Vis Andes, es el proyecto deportivo de la COAC Vis Andes, con el cual apoyamos a nuestros colaboradores y socios en sus metas deportivas y motivamos a todos a adoptar una vida más equilibrada, apostando por sueños que se pueden cumplir cuando te lo propones y te esfuerzas día a día.
El Team V.A acompaña a sus integrantes en las diferentes disciplinas, como senderismo, trail y MTB, todos los integrantes demuestran su compromiso con el equipo, con entrenamiento, cumpliendo grandes metas y excelentes participaciones en competencias deportivas.
Esta ocasión entrevistamos a Santiago Gavilánez, senderista y colaborador Vis Andes, quien nos cuenta su experiencia en las montañas, sus sueños y cómo se sintió al llegar a la cumbre del volcán Cotopaxi, uno de los volcanes activos más altos del mundo, con una altitud de 5897 msnm, que representan una caminata de 6 horas aproximadamente de asenso a la cumbre.
Estamos muy orgullosos como equipo y como cooperativa de ser partícipes de este gran logro, que nos motiva a seguir trabajando por nuestros sueños personales y colectivos.
Santiago responde algunas preguntas, con las que buscamos transmitir algo de lo que él pudo sentir cuando llegó a la cumbre del volcán Cotopaxi.
Santi, ¿qué es lo que te motiva a subir montañas?
Lo que me motiva subir a la montaña es el paisaje que se puede ver desde lo más alto, esta fue la primera motivación cuando subí por primera vez a El Altar.
Todo empezó cuando yo estudiaba en la Universidad en Riobamba, desde ahí siempre observaba al Chimborazo y al Altar y me llamaba la atención, entonces empecé averiguar cómo podía llegar o cómo podía hacerlo, y seis meses después de graduarme de la Universidad lo cumplí y coroné El Altar. Acampé ahí, hubo muchas experiencias que fueron complicadas en ese tiempo, pero me encantó y es por eso que El Altar es mi nevado favorito, ya he subido tres veces por la ruta de Químiag y una por Penipe, es así que conozco varias lagunas de El Altar.
¿Cuál es la cumbre con la que sueñas?
Siempre soñé con el Cotopaxi, siempre, siempre, siempre, y después de coronar El Altar, me dije “tengo que llegar al Cotopaxi”, ese fue el segundo objetivo más grande.
Cuando empecé a trabajar en Vis Andes las cosas se empezaron a dar para yo llegar al Cotopaxi, obviamente todo es un proceso, primero mental y después físico para lograr lo que uno quiere, y es por eso que el volcán Cotopaxi es el sueño más grande al que me gustó llegar.
¿Cómo describes el llegar a la cumbre del Cotopaxi?
A una semana de subir al Cotopaxi estaba muy ansioso y preocupado, se lo que implica este deporte y el riesgo, pero los sueños no se acaban, tenemos que intentarlo para cumplirlos. Pasaron los días y llegué al Parque Nacional Cotopaxi un viernes, pasamos la noche ahí, empezamos la caminata a la media noche y llegamos a la cumbre a las seis de la mañana aproximadamente.
Llegar a la cumbre es una sensación única, difícil de describirla, después del esfuerzo físico, llegar cansado, pero llegar allá y ver la magnitud de estar arriba; el paisaje, además llegas acompañado del guía y la cordada y saber que llegas sano y salvo a la cumbre, y obviamente siempre regresar a la casa es la mejor cumbre que podemos tener, es algo único, es una ruta muy hermosa, indescriptible y es por eso que lo intenté, y lo logré.
Llegar a la cumbre no es sentirse grande, es sentirse que somos muy pequeños comparado con la inmensidad que representa el Cotopaxi. Por ejemplo: cuando viajas a Quito, ves al Cotopaxi hermoso, grandote y no comparamos eso, pero cuando subí al Cotopaxi me sentí muy pequeño, pero sé que es la gran actitud que tú pones para poder llegar a esa altitud, es algo sorprendente.
El Cotopaxi es muy grande, la naturaleza es muy grande y nosotros somos los puntitos que se ven ahí.
¿Has hecho otras cumbres?
Sí, hice cumbre la Mama Tungurahua, también complicada, difícil como buena mujer, ¡complicadita!.
¿Cómo es tu preparación para hacer cumbre?
Primero es mental, porque debemos alcanzar nuestros sueños, segundo, cuando ya estaba mentalizado me puse como meta subir este año al Cotopaxi, así sea el 31 de diciembre, y es por eso cuando ingreso a Cooperativa Vis Andes empiezo a entrenar por mi cuenta, empiezo a correr por lo menos tres veces por semana corriendo mínimo 3km y si podía un poco más, lo hacía. Luego ingreso al Team Vis Andes, donde empiezo a conocer más sobre el deporte y a entrenar para la carrera Putzalahua Trail, que me gustó mucho porque complementas la montaña con correr, y así empecé a tener mucho más físico y me di cuenta que estaba preparado para subir al Cotopaxi.
También en la alimentación me cuidaba, por ejemplo: no comer mucho arroz, pero no tenía una dieta estricta, comía sano.
¿Qué es lo que nunca debe faltar en tu mochila?
Mi mochila siempre va estar llena de muchas cosas, porque en la montaña no sabemos lo que nos puede pasar, pero lo que es fundamental y no puede faltar, es el sleeping, la carpa, la ropa de montaña para poder pasar el frío tranquilamente, porque si es complicado, pero siempre hay rutas y rutas. Por ejemplo: si es un “full day”, solo llevamos el bag, el agua, frutos secos, comida ligera, nada más, pero si vamos los dos días ahí si necesariamente necesitamos el sleeping y la carpa.
¿Por qué la montaña y no otro tipo de disciplina?
Anteriormente no hacía ejercicio la verdad, pero después de la pandemia me focalicé a llevar una vida más equilibrada, a tener más sueños por cumplir y empecé hacer ejercicio.
Cuando llegué a El Altar dije ¡wow! al ver esos paisajes tuve una sensación única y empecé a subir montañas.
Para mí caminar y llegar al objetivo, es ingresar a uno mismo, y empezar a conversar con uno mismo, y me permite darme cuenta de cómo estamos preparados. Por ejemplo yo cuando llego a la cumbre me desconecto totalmente del mundo, y después, cuando regresas a tu vida normal, y sabes que ya pasaste frío, hambre, e inclusive al principio, dolor, porque las piernas no están acostumbradas a caminar muchas horas, es algo único, que a mí me quita el estrés, y cuando empiezas una nueva semana de actividades, ya estás pensando qué actividades hacer el fin de semana, como por ejemplo con el Team Vis Andes, siempre vamos a entrenar al Putzalahua, y es un buen momento entre amigos, y a veces el clima nos acompaña y a veces no, son variantes que personalmente me encantan.
¿Qué les dirías a otros socios y colaboradores para motivarlos a subir una montaña?
Todos caminamos, todos caminamos en la ciudad, caminamos a la casa, al trabajo, tomamos una bicicleta y cambiar el escenario de la ciudad al campo es un cambio muy grande, además no se necesita mucho físico, solo se necesita las ganas de caminar, porque el senderismo es caminar. Obviamente cuando ya te empieza a gustar, sales a trotar y a caminar más fuerte para poder cumplir tus sueños. Así empecé, yo no empecé en un nivel alto, yo empecé poco a poco, y como les cuento mi primer nevado fue El Altar y mi gran objetivo el Cotopaxi, que ya lo cumplí, es una gran satisfacción muy grande haberlo hecho.
¿Qué montaña tienes en mente después del Cotopaxi?
Yo decía mi gran sueño es el Cotopaxi, pero al momento de subir al Cotopaxi me vinieron muchas cosas a la mente, hice cumbre, ingresé a mi mente y pensé muchas cosas, esto es lo que a mí me gusta, es por eso que para el 2022 me planteé llegar al punto más cercano al Sol, es decir el Chimborazo.
Es muy gratificante para el Team Vis Andes apoyar este tipo de sueños, y estamos seguros que todos los integrantes nos dejarán muchas aventuras para contar y transmitir a nuestros socios y colaboradores.